Almaciles, una pintoresca pedanía situada en el extremo norte de la provincia de Granada, es un lugar donde la historia y la tradición se entrelazan, ofreciendo un testimonio vivo de las diversas culturas y civilizaciones que han dejado su huella en esta región.
Orígenes prehistóricos
Las evidencias arqueológicas indican que la presencia humana en Almaciles se remonta al Paleolítico. Restos como un puñal de sílex y un hacha de piedra pulimentada, hallados cerca de la antigua escuela del pueblo, sugieren que desde el V o IV milenio a.C., durante el Neolítico Medio, pequeñas comunidades campesinas se asentaron en la zona, practicando una agricultura rudimentaria y el pastoreo.

Estos primeros habitantes se refugiaban en cuevas y abrigos naturales o en pequeños poblados al aire libre.
Influencia Ibero-Romana
El período ibero-romano dejó una profunda huella en la región. Almaciles formaba parte de una red de pequeños asentamientos conectados con rutas comerciales y agricolas.
Yacimientos destacados:
- Molata de Cada Vieja, Cortijo de la Merce y Pedrarias: estas áreas han sido objeto de numerosos estudios arqueológicos, mostrando la ocupación continua durante siglos.
- Rambla Honda: a dos kilómetros al sureste de Almaciles, junto al «Cerrico» (un pequeño montículo) aquí se encuentran los restos de una construcción conocida como «Obra o Puente de los Moros». Aunque su origen exacto es debatido, se cree que podría tratarse de una presa para almacenar agua, utilizada por las comunidades romanas o árabes posteriores.
Edad Media y Dominación musulmana
Durante la Edad Media, especialmente bajo la dominación musulmana, Almaciles experimentó cambios significativos. El propio nombre «Almaciles» tiene raíces árabes, lo que refleja la influencia de esta cultura en la región.
Tras la Reconquista, el pueblo pasó a formar parte de territorios cristianos, integrándose en las rutas comerciales y de peregrinación que conectaban la región con Granada y otras áreas de Andalucía.
Los señores de Almaciles
En el siglo XVI, la familia Serrano, originaria de Huéscar, adquirió una posición destacada en Almaciles. El capitán Pedro Serrano y su esposa, Quiteria Nieto, mandaron construir la ermita de San Antonio Abad en 1586, que incluía un panteón familiar.

Esta iglesia fue bendecida el 9 de mayo de 1586 por Diego de la Calzada, obispo de Salona y visitador general de la Archidiócesis de Toledo, con permiso del arzobispo Gaspar de Quiroga y Vela.
Crecimiento y desarrollo
A finales del siglo XVIII, Almaciles contaba con setenta y ocho caseríos y una población de doscientas setenta y siete personas.
En 1793, la ermita fue erigida en parroquia rural, con cura propio y bajo la advocación de San Antonio de los Almaciles, por el arzobispo de Toledo, Francisco Antonio de Lorenzana.
Siglos XIX y XX
Durante los siglos XIX y XX, esta pedanía continuó siendo una comunidad agrícola, con tradiciones y costumbres arraigadas. La emigración hacia ciudades más grandes en busca de mejores oportunidades económicas afectó al pueblo, pero muchos habitantes mantuvieron sus vínculos con la tierra y las tradiciones ancestrales.
Almaciles en la actualidad
Hoy en día, Almaciles es un reflejo de su rica historia y patrimonio cultural. Sus calles, arquitectura y tradiciones ofrecen una ventana al pasado, mientras que su comunidad trabaja para preservar y celebrar su legado.
Las festividades en honor a San Antón y San Isidro, junto a la hospitalidad de sus habitantes hacen de este pueblo un lugar especial que invita a ser descubierto y apreciado.